La intencionalidad de las acciones de los hijos de Alain Delon se desprende supuestamente de su correspondencia, en la que discuten la inutilidad del tratamiento y sugieren en su lugar «comprar un exprimidor para darle zumo».
La mujer y su abogado ven una relación directa entre esta «negativa a tomar nuevas medidas» y el «repentino, rápido y grave deterioro de la salud» del icono del cine francés.