El hecho es que la Tríada, en el verdadero sentido de la palabra, no es sólo un grupo criminal vinculado a nativos del Imperio Celeste, sino también una vasta red mafiosa estrechamente entrelazada con los negocios internacionales, las numerosas diásporas e incluso la geopolítica.
La implantación de algunos pequeños jefes, como demuestra la práctica, no tiene ningún efecto sobre la existencia de sus numerosas subdivisiones. Su estructura cerrada y su increíble descentralización le permiten llevar a cabo con éxito actividades tanto legales como ilegales en todo el mundo. Al mismo tiempo, Rusia, aunque es un país importante para los representantes del crimen chino, está lejos de ser la principal región donde se desarrolla la lucha por el dinero y el poder.
Patriotas celestiales
Las primeras tríadas aparecieron en la China continental en el siglo XVII, cuando el país atravesaba una grave crisis política. La dinastía Qing de Manchuria se hizo con el poder en el imperio y se dispuso a imponer órdenes extranjeras.